Día: 24 febrero, 2011
Parquímetros de Marrakech (2)
Os escribí de los parquímetros de Marrakech hace unos meses. La idea inicial del Ayuntamiento era el de dar a los usuarios de coche de la ciudad un margen de tiempo para adaptarse al nuevo sistema. Pues debo anunciaros que los parquímetros están TOTALMENTE OPERATIVOS en los barrios nuevos de Gueliz e Hivernage.
Los primeros días era curioso ver como la gente “se enfrentaba” a los diabólicos parquímetros. Conocer el funcionamiento no es tarea fácil para los marrakechíes, acostumbrados dejar el coche en cualquier sitio y dar 3 dirhams a los vigilantes de la zona. La ciudad estaba perfectamente divida entre ellos y cada uno “explotaba” su trozo de calle. Actualmente siguen en sus zonas y te avisan si el tiquet está a punto de caducar o si pasa el vigilante. La picaresca nacional…
Si pasa el vigilante y no tienes tiquet o está caducado un bonito cepo de color amarillo es enganchado en la rueda. Te dejan un papel en el cristal con el teléfono de contacto y en 5 minutos los tienes allí dispuestos a desmontar el bloqueo. El coste ? 50 Dirhams.
Dicen que en breve, instalaran el sistema en la Medina….vamos a ver.
La verdad de la manifestación de Marrakech
Este domingo se había convocado una manifestación en las calles de Marrakech. Era una manifestación legal, se había solicitado permiso al Ministerio y se había concedido. En realidad, las manifestaciones se iban a celebrar contemporáneamente en las mayores ciudades de Marruecos; Rabat, Casablanca, Marrakech, Tánger…
Todo comenzó perfectamente, desde las 13:30, los manifestantes se iban convocando en una de las arterias de la ciudad, la Mohamed V ( en honor al abuelo del actual Rey ). Aproximadamente 2.000 personas se reunieron y comenzaron la marcha por el Bulevard. A su paso, los viandantes un poco tímidos comenzaron a sumarse y creo que escasamente el número total de manifestantes podría llegar a los 2.500 o 3.000 ( en una ciudad de 1,5 millones de habitantes ). La marcha avanzó pacíficamente con consignas y gritos variados, de apoyo al pueblo de Egipto y Túnez, y también con proclamas a favor de la Democracia y de la Libertad. Las banderas marroquíes fueron numerosas en los participantes. La presencia de la policía fue muy discreta y de hecho sólo hacia acto de presencia sin participar en ningún momento. Algunos carros blindados en Marrakech Plaza ( al paso de la manifestación ) para evitar problemas. Con normalidad, la manifestación discurrió durante una hora o un poco más. Al acabar y comenzar a disolverse la gente, unos cuantos grupúsculos de personas comenzaron a romper el mobiliario urbano de la ciudad. Al principio eran solo las papeleras, las macetas de las terrazas de los Bares, alguna publicidad estática. Poco a poco, y cuando ya los manifestantes reales se habían retirado, comenzó la “otra manifestación”. Decenas de jóvenes y adolescentes decidieron actuar como anti-sistemas y poco a poco, comenzaron a medir sus fuerzas. La zona de Marrakech Plaza con Zara y McDonalds a la cabeza fueron el objeto de su ira. Los cristales de los escaparates saltaban por los aires y robaban lo que podían alcanzar. Después y en el camino, se encontraron un cajero del Banco BMCE, también fue asaltado y así hasta llegar a la plaza de Marrakech Place, donde se cebaron con las pirámides de cristal que son casi nuevas, poco a poco, todos los locales de la zona. La cafetería 16eme, la tienda Guess de moda…nada saciaba su ira. Los jóvenes y adolescentes veían que la policía no actuaba y se iban retroalimentando, sentían que la ciudad era para ellos y que nadie les impedía el paso. Nada que ver con la manifestación real. Poco a poco, y gracias a las pequeñas motos que pueblan esta hermosa ciudad, los jóvenes se desplazaban por la Medina y por los barrios periféricos. La noche caía en la ciudad y eso ayudaba mucho a que los actos vandálicos fuesen “in crescendo”. Increíblemente la policía seguía sin aparecer, la ciudad estaba a merced de los barbaros, sin ideología, sin futuro, sin presente, sin objetivos, sin reclamaciones, sin conocimiento…solo era desorden público. Los grupos motorizados de jóvenes y adolescente fueron avanzando por las calles y sembrando un poco de miedo, cortaban las calles e impedían el paso a su libre decisión. Extrañamente no había violencia en el ambiente, solo caos. Más bien, un sentimiento generalizado de ANARQUIA. Todo el mundo podía hacer lo que quisiera, disponer de la ciudad sin que nadie, sin que ninguna autoridad lo impidiese. Y esa sensación en jóvenes y en adolescentes es muy peligrosa. Comenzaron a lanzar cocteles molotov contra edificios administrativos, yo vi arder la oficina de la Radeema cercana a Agdal. Mientras decenas de chicos jovencísimos, los que veo cada día por los zocos y a las puertas de los colegios…montados en sus motos, lanzaban papeles y cartones y plástico para avivar el incendio. En los barrios, y en la Medina, casi todos decidieron refugiarse en sus casas. Increíblemente, y gracias a la maravillosa idiosincrasia surrealista de los marrakchies, una parte de la población estaba completamente “al margen” de la “supuesta revolución” que en ese momento se extendía por la ciudad. Pude ver, como en alguna zonas cercanas al Instituto Cervantes del barrio de Gueliz, los bares estaban abiertos y delante de sus pantallas de plasma encendidas, los clientes degustaban un te mientras miraban el futbol de la Liga BBVA. Dos mundos en uno, bienvenidos a Marrakech.
La noche avanzaba y se quemaron alguno más de los edificios de la Radeema, algunos asaltos a supermercados ( dicen que el Marjane y el Acima Majorelle ). También hablan de roturas de cristales en algunas tiendas cercanas a la plaza Djema El Fnaa, en la calle peatonal de Rue des Princes. Cerca de Bab Khmis, es donde más acciones se desarrollaron. Un ataque a la comisaría cercana a Bab Khechich. Todo son historias, algunas habladurías, otras realidades. Hoy he visto cerca de Bab Tarzoud, una tienda de telefonía móvil completamente arrasada. Fue una noche intensa, fue una noche revolucionada ( que no revolucionaria ), una noche extraña en una ciudad normalmente pacifica y nada acostumbrada a estos movimientos.
Al día siguiente la resaca. Yo me acerqué al Aeropuerto a las siete de la mañana para acompañar a unos clientes, y era un día normal. Todo estaba abierto, los bares funcionando, los taxis circulando, los aviones despegando, la policía en su sitio…la Kotoubia que lo miraba todo en silencio, como siempre.
Al día siguiente, como por arte de magia, la policía estaba de nuevo en sus puestos. Parece que la consigna el día anterior era el de NO ACTUAR. Que los manifestante se sintiesen lo más “libres” posible. Que en ningún momento, los cuerpos de seguridad intimidasen a los manifestantes, que no existiera una pizca de provocación. Pero cuando todo había pasado, las detenciones comenzaron a realizarse. Más de 350 detenciones de jóvenes y de menores de edad. En la locura de la noche, en la anarquía del domingo, no pensaron que estos “juegos” se pagan, no pensaron en ocultar sus rostros, no pensaron en las consecuencias de sus actos. Las penas van a ser muy altas, se habla de prisión para los mayores de edad ( entre 2 y 10 años ) y para los menores de edad, retenciones en sus domicilios y algún tipo de castigo ejemplar.
Los marrakchies están avergonzados de la actitud de sus muchachos. Están de acuerdo con las penas, entienden que lo que pasó no ayuda a su ciudad, a su país. Quieren que no vuelva a suceder nada parecido jamás. Esa noche fue un duro golpe para la ciudad roja, los marrakchies tienen miedo a que se explique mal lo que pasó. Tienen prisa por olvidar y quieren que el MUNDO sepa que eso no era fruto de ninguna reclamación, de ninguna manifestación, de ninguna solicitud de cambios…solo fueron actos descontrolados de violentos, de antisistema, de delincuentes. Actos que suceden después de muchas manifestaciones en cualquier lugar del mundo, incluso en nuestra moderna y civilizada Europa.
Esta es mi crónica, esta es la verdad de lo que pasó. A partir de aquí, las informaciones pueden ser las que más interesen. Pero desde Marrakech, se vivió de esta forma.