Vivir en pareja sin casarse, TOP SECRET
Marruecos les tolera pero prefiere no verlos. Oculta a sus ojos a las parejas que viven bajo el mismo techo sin matrimonio de por medio. En Marruecos se practica la unión libre (como en todo el mundo), pero aquí es una decisión mucho más asumida, reflexionada y (detalle importante) está unión no se grita ni se exhibe en voz alta. ¿Se puede vivir en pareja sin casarse en Marruecos hoy? La respuesta es sí, pero la palabra que la define es la de DISCRECIÓN.
Es el caso de Omar y Hind que ha vivido cuatro años bajo un mismo techo sin estar vinculados por un contrato matrimonial. Enamorados, vivieron su cohabitación serenamente y sin complejos. Apenas los amigos íntimos la conocían, pero esta unión se vivió en la clandestinidad con relación a la vecindad y a la sociedad. “En el edificio donde vivimos, todo el mundo nos tomaba por marido y mujer, nadie pensaba que éramos solteros que cohabitaban juntos. Es mejor así, de otro modo sería un escándalo. Un ataque a las costumbres y a las leyes del país. ¿Para qué provocar al diablo y declarar la guerra al sistema cuándo se puede evitar? “, relata Omar consciente de las consecuencias frente a la ley y la religión que está contra toda forma de cohabitación ilegal.
¡Cuatro años de vida en común bajo un mismo techo! Una manera de conocerse mejor, antes de que la pareja decida oficializar su unión. Es cierto que cuatro años es mucho tiempo, pero es cierto que Omar acababa de salir de un matrimonio decepcionante y no quería reincidir y sumergirse de nuevo en un matrimonio fallido.
Experiencia exitosa o no, son numerosas las parejas que prefieren vivir juntas antes de concluir su unión delante de los adouls. “El concubinato es una clase de período de prueba, antes de pasar a un perído superior”, comenta Adil C., médico ginecólogo, que ha vivido también un año de concubinato con su mujer antes de dar el paso.
No solo los hombres, las mujeres cada vez están más interesadas en este “periodo de prueba”. Reivindican el concubinato. Son cada vez más autónomas financieramente, acostumbradas a la comodidad de la libertad y no quieren convertir el matrimonio en un error.
“Religión aparte, como mujer y futura esposa, quiero saber si mi novio es un buen partido o no, hay que probar la mercancía antes de comprarla”, asevera crudamente Leila, 32 años, ingeniero y Directora en un laboratorio farmacéutico. Se gana bien la vida, dispone de su propio apartamento y no tiene ningún deseo de que le “caiga encima un hombre” que envenenaría su vida para siempre. “Sólo me casaré con un hombre que habite en mis sueños, la soltería no me molesta”. Leila vive ahora, desde hace dos años, un gran amor con un director de una multinacional en el mismo sector pero aún no sabe si dará el paso. “En algunos meses, lo sabré”.
Es decir que el caso de Omar y Hind dista mucho de ser un caso excepcional en la sociedad marroquí. El concubinato no está tan extendido como en Occidente, pero existe, y se convierte en algo común en algunos sectores socio profesionales donde se prefiere este “estado”, antes de lanzarse al otro…al oficial.
Vivir juntos para madurar la idea del matrimonio y también para evitar un matrimonio costoso y vinculante para otros, o al menos para prepararse.
Youssef y Leila, ambos trabajando en el sector de la comunicación. También vivieron bajo un mismo techo durante dos años antes de oficializar su unión. Él de Casablanca y ella de Marrakech. Se conocieron en el lugar de trabajo y se enamoraron perdidamente. Era su primer trabajo y era imposible para ellos casarse por falta de medios. “Nuestro matrimonio nos costaba más de 70.000 dirhams y debíamos pedir prestado para garantizar todos los gastos”, explica Leila. Para ahorrar, para la boda, los dos enamorados alquilaron un estudio en un edificio en el centro de la ciudad ocre. “Muchas parejas de extranjeros vivían allí, estábamos al refugio de miradas sospechosas. También vivían parejas marroquíes, pero no pasó nada”, reconoce el joven de Casablanca.
El concubinato no es solo una manera de conocerse mejor sino también un plazo de tiempo para prepararse para el matrimonio, financieramente hablando. Pero hay también una tercera razón: el compromiso en pro de la libertad.
Mohamed, rozando la cuarentena, confortablemente instalado en su vida, es soltero pero ha vivido en unión libre con varias mujeres, en al menos tres ocasiones. ¿Miedo o rechazo al matrimonio? ¿O miedo al divorcio y a sus avatares? “Tengo más bien miedo de perder mi independencia”, confiesa sin rodeos Mohamed. “Conozco a muchos amigos cuyo matrimonio se fue a pique. Divorcio, tribunales, pensión alimentaria, niños afectados por la separación… Es mejor seguir siendo soltero que correr este riesgo”. El celibato se vuelve en efecto cada vez más extendido en la sociedad marroquí actual, las cifras están aquí: la edad media para casarse es de 28 años para las mujeres, y de 32 años para los hombres. “Algunas parejas, incluso con los medios para casarse, parejas con amor y con fidelidad, prefieren esta opción para evitar las dificultades del matrimonio”.
¿Su repercusión en Marruecos? Imposible cuantificarla, por la simple razón que la unión libre es una institución fuera de la ley, condenada tanto por la religión como por el derecho. Aún hoy Marruecos dista mucho de la situación de los países que legalizaron a esta unión libre una vez fueron despenalizadas las relaciones sexuales fuera del marco del matrimonio.
Yo solo conozco un caso en Marrakech de pareja que viven juntos sin casarse. Es una relación hermosa, equilibrada y NORMAL. Los dos profesionales, jóvenes ( menos de 40 ), en principio nada que los diferencie de cualquier pareja española en la misma situación. La única y gran diferencia es que nadie saber que están juntos, mejor dicho que cohabitan en el mismo apartamento. Solo lo sabemos algunos amigos íntimos, y ellos viven con un poco de preocupación el hecho que alguien pueda sospechar en el edificio. Espero que esta situación se vaya normalizando poco a poco. Independientemente del motivo que puedan tener para no casarse, la libertad individual es un derecho universal. Estas uniones deben ser mucho más habituales en Casablanca y Rabat, al final en Marrakech todo el mundo se conoce, ésta es una ciudad relativamente “pequeña”…con algunos andares más de pueblo que de ciudad y por eso cuesta más pasar desapercibido. Estas uniones se dan exclusivamente en el medio urbano, en el medio rural eso actualmente es imposible.
Esta entrada fue publicada en Marrakech, Marruecos, Sexualidad, Social y etiquetada como Africa, Amazighen, Amor en Marruecos, anabel, Blog, Curiosidades, gestión española, Hotel, Marrakech, marrakesch, marrakesh, Marruecos, Religión, Riad, vacaciones.
16 enero, 2012 en 18:22
Hola Anabel, som Bel , la mallorquina que té una casa a Marrakech i que vaig contactar amb tu fa uns mesos.
Et podria contactar per mail privat ? necessitaria el contacte del teu advocat de RAk i si saps algú interessat en llogar la nostra casa, a bon preu.
bon any i gràcies
Bel
pd: sempre penjes uns comentaris molt interessats, com ho fas per estar tan integrada i informada, tan reservada com és aquesta societat de RAK ?
23 enero, 2012 en 11:07
Hola Bel, t’he enviat un mail.
30 enero, 2012 en 20:48
Muy, muy interesenate Anabel, muchas gracias 😀
14 abril, 2014 en 21:02
yo soy una chica marroquina vivo con mi novio espagnol aque en marruecos y tenemos un ninio