¿ Quo Vadis, Marruecos ?
Mientras estaba en casa de una amiga catalana que lleva más de 50 años viviendo en Marrakech, nos enteramos que tres jóvenes diplomados en paro marroquíes trataron de inmolarse en la capital del país, Rabat, y dos tuvieron que ser hospitalizados. Parece que están «fuera de peligro». Son Omar Akaui, de 28 años y licenciado en Química; Zaydun Abdowahab, de 27 años y licenciado en Derecho; y Mahmud el Hauas, de 25 años y licenciado en Derecho Penal. Los tres pedían al Gobierno que cumpliesen inmediatamente su promesa de contratarles como funcionarios del Estado.
Después supimos que alrededor de 70 desempleados intentaron este viernes un suicidio colectivo también en demanda de empleo. Los hombres, provistos de cargas explosivas, marcharon hasta una explotación de fosfatos en Benguerir (sur del país), donde amenazaron con suicidarse si no eran contratados por el monopolio estatal OCP, que gestiona el yacimiento. La policía dispersó por la fuerza la protesta y detuvo a seis de los manifestantes.
En Marruecos se suele denominar «diplomados en paro» a los licenciados superiores sin empleo. Según las últimas cifras oficiales, la tasa de desempleo entre los jóvenes marroquíes menores de 34 años es del 31,4%. El intento de inmolación de los tres jóvenes recuerda al del tunecino Mohamed Bouaziz que, con trágico final, incendió el 17 de diciembre de 2010 la mecha de la primavera árabe en el norte de África.
Leo en la prensa: En julio de 2011, después de una sentada de varios días de duración, los representantes de los «diplomados en paro» de Rabat recibieron la promesa de que serían contratados por el Estado en 2012. No obstante, poco después comprobaron que la promesa únicamente beneficiaría a los licenciados en 2010. Alrededor de 200 jóvenes han constituido en la capital el autodenominado Grupo de Licenciados Superiores excluidos del Acuerdo del 20 de Julio, que se manifiesta desde el pasado 5 de enero en la terraza de un edificio dependiente del Ministerio de Educación para reclamar su «inmediata» contratación como funcionarios del Estado.
El pasado miércoles, varios de ellos amenazaron con auto inmolarse y al menos tres cumplieron su amenaza al día siguiente. Según el responsable de prensa del Grupo, Aziz Sbaai, la situación degeneró a causa de la intervención de las fuerzas del orden. «Algunas personas vinieron hasta nosotros para ayudarnos con alimentos y medicinas, pero las autoridades se lo impidieron. Fue en ese momento cuando decidimos prendernos fuego», ha explicado.
Se acerca el 20 de Febrero, ese día fue el comienzo de las manifestaciones en este país. Desde entonces han sucedido muchas cosas, el Rey ha convocado un Referéndum para la Reforma de la Constitución, que finalmente el pueblo soberano aprobó. Se han producido nuevas elecciones, dónde finalmente ha ganado un partido islamista moderado.
Tengo la sensación de que el conflicto social se impone a las pretensiones políticas. El movimiento del 20 de febrero revisa su estrategia de protesta porque apenas está movilizando a su gente. En cambio los diplomados en paro son cada vez más activos.
¿El movimiento 20 de febrero está esfumándose? La salida de los militantes de Al Adl del movimiento ha sido un golpe duro para ellos. Cada vez son menos en sus movilizaciones pero sus pretensiones siguen siendo las mismas, quieren una monarquía (realmente) parlamentaria. Sin olvidar el derecho al empleo, la reforma de la educación, la reforma profunda de la justicia, la justicia social, la “salud para todos” entre otras cosas, la lucha contra la corrupción y las actuaciones judiciales contra todos los implicados en el desvío de caudales públicos….
Pero aún así, el movimiento se desinfla. Es en primer lugar y en gran parte debido a la retirada de los discípulos del Cheikh Yassine. Desde el principio de las manifestaciones, el Jamaâ se colocó como el motor principal de este movimiento de conflicto. A lo largo del año, los islamistas del Jamaâ estuvieron a la cabeza de las marchas dominicales del 20F.
Inmediatamente después de la dimisión de los adlistes, el movimiento del 20 de febrero que tenía organizado para el domingo 25 de diciembre varias manifestaciones en algunas ciudades, se encontraron solos. Para su primera salida sin la esfera de influencia de AL Adl Wal Ihsane, el movimiento se debió espabilar para reunir un mínimo decente de manifestantes. La ausencia de los discípulos de Yassine hizo que en ciudades como Rabat por ejemplo, feudo de los líderes emblemáticos del 20F, el número de manifestantes no sobrepasara las 300 ó 400 personas.
Los miembros del movimiento reconocen tener dificultades enormes para movilizar grandes números de manifestantes como antaño. Aunque militantes activos, como Nizar Benamate, minimizan el impacto de la dimisión de los adlistes. “Queda claro que hay un retroceso del movimiento pero aunque no se niega que la salida nos ha afectado, apostamos sobre la vuelta de un gran número de personas que precisamente habían dejado el movimiento porque no se veían en un mismo lugar que los islamistas del Jamaâ ”, concluye Benamate.
El tema es difícil porque el movimiento 20F se constituye como un movimiento político y social de nuevo cuño que se ha hecho fuera de los partidos y sindicatos tradicionales, pero a su vez entra en el conflicto político, y por otra parte, no tiene confianza en las estructuras políticas existentes. Eso sucede a diferencia de otros países árabes, por eso actualmente sufre un poco de debilidad.
Pero no enterremos al 20F aún, el movimiento se desvanece, ciertamente, pero las pretensiones de dignidad, las aspiraciones a más democracia, las aspiraciones particulares no pueden evaporarse. Generalmente, la juventud tiene dificultades para encontrar su lugar en una sociedad aún cerrada a sus aspiraciones. Puede suceder que otros portadores de pretensiones tomen el relevo y, sobre todo, que estas esperas sociales desemboquen en confrontaciones violentas.
Para impedir el deslizamiento hacia una desaparición pura y dura, el 20F pretende reclutar en las filas de las categorías sociales más desamparadas, como en los barrios de chabolas o en los diplomados en paro. El planteamiento, llevado esencialmente por los grupúsculos de extrema izquierda que quitan corazón al movimiento, no suscita el entusiasmo general en el 20F, pero se trata únicamente de un medio para seguir existiendo.
Será una especie de revolución de las “clases bajas”, los movimientos de los diplomados en paro, respaldados por sus familias y prójimos, bien organizados, abiertos “a la guerrilla urbana”, están ocupando el frente de la escena.
En la actualidad, los licenciado-parados de las regiones pobres del país parecen haber pasado a una velocidad superior con pretensiones que no se confinan ya solamente al registro profesional.
Lemas anticorrupción aparecen por primera vez en sus reivindicaciones hartos que el Gobierno comprara la paz social con medidas precarias y temporales. Las promesas de Driss Basri, visir de Hassan II, garantizando un empleo en el sector público, terminaron por transformar a estos protestadores ocasionales en profesionales del conflicto, haciendo de las manifestaciones una actividad a jornada completa.
Si el 20 de febrero ha fallado a corto plazo, no es menos cierto que ha dejado una profunda huella. Sus repercusiones son múltiples. La crisis de 2011 provocó una nueva Constitución, un nuevo Parlamento y un nuevo Gobierno.
Paradójicamente, es precisamente la respuesta rápida del poder que desestabilizó un tanto el movimiento. A partir de la aparición de las primeras señales de un conflicto general, el Makhzen tuvo la prudencia de canalizar los movimientos de protesta evitando ceder al deseo de aporrear a los manifestantes.
La finalización del conflicto se debe en gran parte a la sangre fría impuesta por las fuerzas del orden que (aparte de algunas peleas) fueron bien administradas en las manifestaciones que se sucedieron desde febrero de 2011.
Además, las respuestas políticas no fallaron, el rey convocó a un Referéndum para una nueva Constitución y convocó también elecciones anticipadas para acelerar la salida del Gobierno de Abbas El Fassi.
En esa línea, Mohamed VI no dudó en validar una reforma constitucional que hace del jefe del Gobierno al jefe del ejecutivo, con una separación de poderes. El 20 F debe reflexionar sobre sus exigencias, ya que es necesario reconocer que lemas como la salida del Gobierno o también la disolución del Parlamento no están ya a la orden del día.
Un día u otro, el movimiento del 20 de febrero, que empezó acuñado entre el “califato” del islamistas y la revolución pura y dura de los marxistas leninistas, deberá encontrar su propia vía.
Las clases medias desamparadas de las poblaciones, que observaban a estos jóvenes bajo sospecha, piensan siempre que estos militantes “juegan a la revolución”, un juego peligroso para franjas sociales que prefieren con mucho, la reforma a la revolución.
El movimiento del 20 de febrero hizo bien en abandonar los barrios “altos” de las grandes ciudades para concentrarse en los barrios populares, en particular en Casablanca y Rabat. Con el objetivo reconocido de ganar la simpatía “ de las masas populares ”. Pero el enfoque no hizo más que suscitar, en numerosas ocasiones, el rechazo por parte de una gran parte de los habitantes de estos barrios.
Permanece la posibilidad de transformarse en formación política. Tema este que rechazan, por el momento, los militantes. Prefieren añadirse a una formación ya existente. En el fondo, el movimiento del 20 de febrero tiene siempre aliados: el empobrecimiento creciente de una gran parte de la población, el desempleo de los jóvenes y menos jóvenes, la carestía de la vida, el déficit de alojamientos, la injusticia, las riquezas desmesuradas y exhibidas ostentosamente y a menudo sin origen conocido.
Todos los ingredientes de una explosión social están aquí.
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23 enero, 2012 en 20:32
Uau, impressionant! Mil gracias por tu anàlisis y contribución….Después de unos pocos días intentando seguir las notícias que nos llegan a España sobre lo ocurrido hace nada con los jóvenes licenciados en paro, creo que necesitaba ampliar y profundizar en el nuevo giro que había dado estos acontecimientos, el nuevo panorama que comenzaba y en que se había quedado el 20F… como siempre, me encanta leerte, tus análisis dan otra perspectiva que aquí no nos llega 🙂