Los famosos cañones de la SKALA que son del siglo XVIII y que forman parte de una de las imágenes más fotografiadas de la ciudad de Essaouira provienen de las fundiciones de Sevilla y Barcelona. Según parece, formaron parte de botines de guerra de barcos españoles.
Otro lugar inolvidable de la costa cercana a Essaouira.
Una vez llegas a Sidi Kaouki, seguir la carretera que va paralela a la costa. A escasos 15 Km de Sidi kaouki bordeando el Océano Atlántico llegas a lo que parece un pequeño pueblo. A mano izquierda y con una bajada considerable una pista de piedras. Y tal vez algunos coches aparcados allí. Esa es la única indicación que tienes para saber que aquí debes dejar el coche y comenzar a caminar. Delante de ti, el inmenso Océano y a izquierda y derecha campos pedregosos. Os recomiendo llevaros agua y algo de comida para que paséis un día estupendo.
Seguís por la pista a pié y caminando en perpendicular al mar. A cierto punto, nace otro camino pedregoso a la izquierda. Debéis cogerlo y seguir caminando, ahora ya, en paralelo al Océano. Iréis viendo que las piedras comienzan a dar paso a suaves dunas de arena. Y poco a poco, entre el marrón de la arena y el azul del mar vislumbrareis un oasis verde con unas graciosas cascadas y a 200 metros una romántica playa vacía y salvaje.
Un lugar un poco extraño por lo raro y especial. Los animales, cabras y burros se encuentran aquí a sus anchas. La vegetación y el agua dulce del río les acompañan en su paso por aquí.
Siguiendo el pequeño cauce del río, llegas a la playa. Una duna lateral de bastante altura va descendiendo tímidamente hasta llegar al mar. Un escenario natural muy marroquí. Salvaje, tierno, hermoso, aún virgen, nada explotado. Este lugar no es consciente de su belleza. Este lugar no sabe de su encanto.
Un río que desemboca en una preciosa playa escondida pero que unos metros antes decide precipitarse en unas pequeñas cascadas para crear un entorno verde y romántico. Todo ellos mientras dunas de arena suave acarician y encuadran el paisaje.