Día: 11 junio, 2013
El poder del chaleco
Si crees que te siguen, que te espían… este ciudad te puede volver loco. Si crees que detrás de cualquier coche, semáforo, señal de tráfico o de una oscura esquina puede salir alguien que te observa…en Marrakech estarás en lo cierto.
Se trata de una especie que vive en este hábitat. Calor seco, polución, tráfico caótico y muchas aceras para repartir. Este es el hábitat en el que se adaptan con naturalidad, no tienen rechazo ninguno y aquí sobreviven.
Se trata de: LOS HOMBRES DEL CHALECO AMARILLO. No son chinos, aunque lleven un chaleco amarillo. Son Marrakchies 100% y están al acecho de sus víctimas. Sin descanso, se dedican a mirar y observar tus movimientos desde el momento que entras en su campo visual. En cuanto te han identificado siguen tus movimientos pausadamente. Ellos no se inmutan, saben que tendrás que acabar acercándote a ellos y en ese momento…justo en el momento que llegas a su altura ya saben que estás perdido. Ellos ganan, tú pierdes. Si aparcas delante de su tramo de acera, deberás pagar el “peaje” a cambio de que ellos vigilen tu coche.
Es así, no hay nada que hacer. Los barrios de Marrakech estaban ocupados al 100%, pero no por Okupas convencionales, si no por los “Hombres del Chaleco Amarillo” (en adelante HDCA). Los HDCA se habían repartido cada metro de las aceras de Marrakech. Durante años campaban a sus anchas por Marrakech. Ellos escogían sus zonas, sus metros de acera. Desde hace dos años, el Ayuntamiento decidió instalar los parquímetros y entonces el GRAN HDCA, el HDCA maestro (el ayuntamiento) cogió las mejores calles, las zonas más concurridas, las más rentables. El negocio de los HDCA parecía que llegaba a su fin, pero esta especie se adapta como ninguna a los cambios y entonces descubrieron las zonas de parquímetro nocturnas. En ellas sigue habiendo movimiento, tráfico, rotación. Allí siguen actuando desde el cierre de los parquímetros. Además, algunos HDCA muy evolucionados han llegado a estar en zonas VIP y a “controlar” a los responsables de los zepos. Por una muy buena propina los HDCA pueden vigilar tu coche, no solo de los ladrones sino de los hombres del Ayuntamiento (también conocidos como los del zepo). Si tienes un buen HDCA a mano, puedes conseguir ahorrarte el desplazamiento al parquímetro. Esta operativa no está exenta de riesgo. Los HDCA pueden fracasar en el intento, porque a veces, encuentras a un hombre del zepo que no acepta “consejos”. Por tanto, mi recomendación es siempre pagar tíquet en el caso que aparquéis en zona azul.
Marrakech nocturno y las zonas secundarias (o el Hivernage que aún no cuenta con muchos metros de zona azul) son su espacio, aquí los HDCA campan a sus anchas. Allí es donde les encontrareis en abundancia.
¿Cómo identificarlos? Todos ellos tienen el famoso chaleco amarillo. El más reconocido, el más valorado, el más solicitado…sin lugar a dudas, el que pone OASIRIA (la piscina de juegos más grande de Marrakech) a partir de ahí encontrareis muchos otros. A mí me encanta uno que pone TALLERES MUÑOZ, pero es una cuestión de gustos.
El modus operandi de un HDCA es sencillo. En cuanto apareces y detectas un espacio para aparcar, el HDCA te mira fijamente…desde la distancia…como indicándote que tranquilo/a…ya has encontrado al Guía, a tu particular coche del “Follow Me”. Acto seguido comienza a moverse con mucha energía haciéndote las indicaciones de derecha, izquierda, gira el volante al máximo, más, para, más. STOP. BARAKA. Son exactamente las mismas maniobras que hubieses hecho tú sin su ayuda, pero él está ahí y debes hacer exactamente lo que él pide. Sin realizar comentarios, en silencio…obedeciendo. Si eres mujer al volante, los movimientos serán mucho más exagerados. Él tiene psicología, sabe que tú no sabes aparcar y que le necesitas, que necesitas a un HDCA como el aire que respiras.
Cuando sales del coche, para ir a la tienda, a la cafetería, a hacer un recado, el HDCA solícito te preguntará si quieres lavar el coche (ellos son multifunciones). Delante de ti, recogerá los retrovisores como dándote a entender sin palabras, que ahora él se ocupa de tu coche.
Al salir, y volver a tu coche normalmente no verás al HDCA. Parece que ha desaparecido, que no está en la zona. Tal vez se ha ido a comer, o dormir o a descansar. Pero craso error amigo, los HDCA no duermen, no comen, no descansan…están ahí…aunque tu no les veas. Enciendes el motor y una sonrisa aflora en tu interior…una tímida sonrisa…piensas…esta vez me ahorro estos dirhams…y entonces silenciosamente giras el volante para incorporarte al carril…y en ese momento, justo en el momento que ibas a poner el pié en el acelerador y sin saber cómo…el HDCA aparece a tu lado. Y ahí, se borra tu sonrisa…3 Dirhams entregas al HDCA. No te entristezcas, estás participando de este juego.
Has jugado en esta ciudad y has perdido. A veces se gana y a veces se pierde. Tu zona de acera estaba ocupada, como el 99,9% de las aceras de Marrakech. A pagar.

Ensalada marroquí: un clásico
¿Cómo lo consigue Georgina? Cada mes su receta preparada y enviada con una foto cada vez más y más atractiva. Combinando el plato con el mantel y con todos los detalles. Georgina está muy liada, con su niña, su trabajo, su propio Blog (excelente y recomendable al 100%), su grupo Facebook y encima con la receta mensual en este Blog. Mil gracias Georgina por tu colaboración que enriquece este Blog y que nos ayuda a conocer la gastronomía de Marruecos con una información que podemos entender los no expertos.
¡¡ Shoukran !!
Hoy os traigo otra de las recetas de base de la cocina de Marruecos: la sencilla ensalada marroquí. Seguramente es una de las pocas ensaladas que se preparan con las verduras crudas, pues casi todas se cocinan en mayor o menor grado, como por ejemplo el zaâlouk, a base de berenjenas asadas o la beqqoula, con malvas o espinacas.
Como en todas las recetas sencillas, el secreto de su éxito reside en la elección de productos de proximidad y de primera calidad. En Marruecos todavía podemos comprar fruta y verdura de temporada en cualquier esquina, a un precio razonable y lo más importante, en su punto justo de maduración.
Ingredientes
Un par de tomates maduros
Un pimiento verde
Un pepino
Una cebolla
Aceitunas negras
Aceite de oliva
Vinagre suave
Sal
Pimienta negra
Preparación
Pelamos y desechamos las pepitas del tomate y del pepino. Los cortamos a cuadrados pequeños.
Igualmente cortamos en cuadraditos el pimiento y la cebolla.
Mezclamos todo y aliñamos con aceite de oliva, vinagre, sal y una pizca de pimienta negra. Decoramos con un buen puñado de aceitunas negras.
Si podemos, la preparamos una hora antes de comerla y la dejamos enfriar en la nevera.
Bessaha wa raha, ¡buen provecho!