Viajar a Marruecos durante el Ramadán
Muchas veces me pregunto si yo misma vendría a Marruecos durante el periodo del Ramadán. Sobre todo si el período del ayuno coincide con el calor del verano.
No tengo una respuesta clara. Personalmente el período del Ramadán lo gestiono como puedo. Yo, como persona no musulmana, no realizo el Ramadán pero sí que intento respetar a los demás y por ello procuro no beber ni por supuesto comer delante de los marroquíes que sí realizan el Ramadán.
Eso significa que a veces, a más de 48 grados de temperatura, bebo el agua que llevo en el bolso escondida en un baño o directamente cuando entiendo que no me mira nadie. Seguramente por muy discreta que intente ser, alguien me verá porque lo del calor intenso no se lleva bien y necesito hidratarme constantemente. Así que a veces me incomodo si veo que alguien me mira mientras bebo. Por muy respetuosa y discreta, es inevitable ser vista mientras bebes. No estoy haciendo nada incorrecto, pero entiendo que el esfuerzo que ellos realizan para respetar el ayuno en pleno verano es muy grande y vernos a nosotros beber puede generarles cierta ansiedad. Cuando hablas con ellos, te lo niegan…te niegan que les moleste que nosotros (turistas o expatriados) bebamos delante suyo o estemos en las terrazas tomando algo…sinceramente yo creo que lo respetan por cortesía.
La vida cotidiana en Ramadán se modifica. Los restaurantes al medio día están casi todos cerrados, y los bares también. Lógico y normal si entendemos que ellos no comen ni beben hasta el F’tour. Solo se mantienen abiertos algunos que están claramente enfocados a los turistas. Aunque los horarios se resienten y tienden a abrir mucho más tarde. Aconsejo que antes de ir a cualquier restaurante se llame para consultar si está abierto. También es mucho más complicado conseguir comprar alcohol o simplemente restaurantes o bares que vendan cerveza o vino en sus cartas.
El ambiente en la calle es como si el mundo anduviese a cámara lenta. Todo se ralentiza, menos el mal humor. Ese no se ralentiza sino que se expande. Así, el tráfico se vuelve más peligroso que nunca y las reacciones de los taxistas, motoristas, autobuses…etc…se transforman en caos. Mi consejo es que aunque hayas sufrido un giro brusco a la izquierda delante tuyo en contra dirección y hayas tenido que frenar en seco…procura respirar hondo y sigue tu camino cuando hayas revisado que estás bien. No entres en discusiones de tráfico, no grites al otro, no te desahogues con insultos. No te conviene enfrentarte a nadie en Ramadán. Los ánimos se encienden con facilidad.
A medida que el día va pasando, la pesadez en el ambiente y la calma se instala en toda la ciudad. Como cuando tienes sueño y los ojos van venciendo y se van cerrando aunque intentes abrirlos. Es una sensación de pesadez y de relajación. No pretendas hacer grandes negocios, ni tener una agenda demasiado extensa, todo seguirá un curso lento. Y así ha de ser.
Cuando falta poco para el F’tour. Cuando apenas minutos separan el momento de la ruptura del ayuno…los coches y las motos vuelan literalmente por las calles. TODOS, todos corren, como si les hubiesen dado cuerda…a sus casas, a los bares, con los amigos, con la familia. Ese momento, el momento en el que la sirena comienza a sonar marca la ruptura del ayuno y a partir de aquí comienza una noche mágica.
Los musulmanes rompen el ayuno de una forma pausada..comienzan a beber algún vaso de agua, zumos de naranja y sobre todo el zumo que adoran de aguacate. Preparan el estómago para la comida solida. Unos dátiles y hacia la mezquita para la oración«AL MAGHRIB» que anuncia el final del Día del ayuno.
Ya después de la oración, se reúnen en familia para comer en una mesa que ofrecerá de todo, las mujeres han cocinado durante toda la tarde para ofrecer a su familia todo lo que la familia pueda permitirse.
A partir de ese momento, todo el mundo sale a la calle. Y entonces la magia de la vida se desborda por la ciudad. Los cafés en ebullición, las terrazas, las heladerías con las copas más grandes de helado que hayas visto, las tiendas abiertas hasta más allá de media noche. Si el fresco de la noche acompaña, las noches de Ramadán son únicas. Todo el mundo sonríe, todos parecen felices. Y lo están….la noche se alarga hasta mucho más allá de lo habitual.
Si querías una respuesta a la pregunta de si yo viajaría en Ramadán, no os la daré porque no soy capaz. Solo puedo decir que el viaje es distinto, ni mejor ni peor.
15 julio, 2013 en 20:08
La pasada semana estuve en tu ciudad, coincidi con el comienzo del Ramadam y como tu tamnien has sifrido, con un calor tremendo. Es la 3º vez que coincido con el Ramadam y cierto es que son tolerables con la bebida y comida y deben serlo cuando las venden no limitandose a locales cerrados donde solo te veria el servicio, sino en puestos callejeros en los que es inevitable ser visto. Donde suelen ser bastante intransigentes es con el tabaco sobre todo si estas cerca ya que argumentan que si respiran tu humo, indirectamente estan pecando.
un saludo.
16 julio, 2013 en 8:51
Lógico lo del tabaco. Comprendo que para los fumadores se añade un esfuerzo adicional al propio ayuno.
También es un problema encontrar alcohol. Las cavas de los supermercados se prohiben a los musulmanes, y para nosotros los horarios se hacen más cortos y te obligan a ir con el pasaporte. En fin…
16 julio, 2013 en 7:26
Anabel,
Me parece un post muy interesante. Es en el fondo un ejercicio de reflexión ya que esta misma pregunta me la he hecho en muchas ocasiones. En mi caso particular, nunca ha coincidido ningún viaje con el Ramadán, pero creo que sería una experiéncia interesante.
Saludos!
16 julio, 2013 en 8:49
¿Nunca has viajado en Ramadán? Te falta esta experiencia, debes ir porque puedes ver un país distinto. Créeme que las noches de Ramadán son geniales!!!! Proper any?
16 julio, 2013 en 8:54
Nunca, nunca… Como en los últimos años ha coincidido en verano y es una época en la que procuro no irme a Marruecos por el calor, pues no ha coincidido. Este año nos «hemos escapado» por los pelos, porque volvimos el 8 de júlio. El año que viene seguro que coincidirá, ya te contaré la experiencia, que seguro que merece la pena.
Una abraçada!
17 julio, 2013 en 19:43
Hola
Yo como musulmana, lo paso un poco mal el ramadan en países árabes, porque aunque ayune, me gusta pasear y ver vida, no como si todos los días fueran dómingos.
Mis primeros ramadanes los he hecho en España, donde es más divertido, y aunque no se coma, me pueden comprar cosas para comerlas después, pero en los países árabes antes del ocaso está casi todo cerrado.
La vida empieza hacerse ver por la noche, en algunos lados después del ocaso, otros países después de las 11 y media- 12 de la noche, porque van a rezar el rezo nocturno voluntario.
Pero claro tampoco es cosa de estar saliendo a las tantas cada día, yo solo salgo a veces, porque no me siento con ganas de salir tan tarde siempre.
Para un extranjero, no musulmán lo veo un poco duro o poco agradable. Pero no sé eso depende también de la personalidad de cada uno.
Desde luego lo de no comer, no hace falta, porque los ayunantes lo hacen con motivos religiosos, y aunque vean comer, eso no es motivo de queja. Quien no ayuna por no ser musulmán o por no ser practicante, no debe afectar a ninguno, porque se hace para Dios todo este esfuerzo.
Yo cuando he pasado mis ramadanes en España he visto comer a todo el mundo, y eso no me ha molestado en nada, porque cada uno vive la vida a su manera. No es motivo de queja ver comer, la fé es la que debe dar fuerzas y es motivo de paciencia.
Como mínimo se da de comer a los hijos pequeños que todavía no hacen ramadan o a veces a mujeres de la familia que por el embarazo o enfermedad no ayunan.
Siempre se ve quien come, pero no pasa nada.
Y los turistas que fuesen a países árabes en ramadan, creo que la forma de disfrutar más esta fase es tratando de comer el ftur con alguna familia musulmana, así no se haría tan soso.
22 julio, 2013 en 13:36
Hola Maryam, yo también soy española y musulmana y como bien dices, pasar en España Rramadan es ya una rutina, en el trabajo, la compra los niños…Ramadan no significa vivir solo de noche y dormir de día, se puede bajar el ritmo un poco pero se trata de un mes de solidaridad, de hacer el bien, de tener paciencia y ser tolerante. Así que en un país árabe que recibe turistas deben hacer el esfuerzo por atenderles lo mejor posible. Como dice Anabel, hay que disfrutar la noche y aprovechar esta experiencia.
(He descubierto tu blog hace poco y ya soy fan) Feliz Rramadan a todo@s.
20 julio, 2013 en 5:01
Estoy pasando el Ramadán en Malasia. Aquí con el tema de que hay mucha mezcla, aunque la mayoría sean musulmanes, se abren muchos bares, tb de los musulmanes. Tdos dicen que cumplen el Ramadán, pero está claro, que más allá de lo que digan, cuando están lejos de sus familias, muchos de los musulmanes se relajan bastante