Ciencia

¿ Un Premio Nobel marroquí ?

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El Premio Nobel de Física 2012 recayó en dos científicos, Serge Haroche y David Winelandpor la medida y manipulación de sistemas cuánticos individuales”. Hasta aquí, todo normal.

Días después de la designación del Premio Nobel de Física, los Franceses se muestran orgullosos que Serge Haroche,  especialista en física atómica y en óptica cuántica, de 68 años haya honrado a Francia consiguiendo este premio tan prestigioso. Sin embargo, no solo los Franceses se alegran de este premio, también los marroquíes lo han sentido suyo. Ya que según dicen aquí, el Doctor en Física Serge Haroche fue un niño de Marruecos.

Serge Haroche nació en Casablanca en 1944 en una familia de confesión judía. El padre de Serge Haroche era marroquí judío y su madre rusa y de confesión judía. Es a la edad de 12 años que Serge Haroche deja su Marruecos natal para instalarse en Francia en 1956 con sus padres y solo “por razones estrictamente familiares”.  Pero quiero aclarar un pequeño detalle, Casablanca en esa época estaba bajo Protectorado Francés.

Maguy Kakon, es una política marroquí de confesión judía que se siente orgullosa que Serge Haroche haya reivindicado su marroquinidad en los medios de comunicación. Pero aquí se denuncia que los medias franceses han ocultado sus palabras para que pase desapercibido este “detalle” de su vida.

Farid Mnebdhi, otro político de confesión judía advierte que los medias franceses no tienen problemas en hablar de ciudadanos franceses de origen marroquí cuando estos han cometido un delito.  Según dice, existe una barra distinta de medir según sea la noticia.

Para Maguy Kakon, el hecho de que un franco-marroquí de confesión judía haya ganado el Premio Nobel de Física es la ocasión para que Marruecos revise el contenido de sus libros de de historia y de revalorizar la presencia y el papel de los judíos en la historia del reino para evitar, por una parte, que el país se hunda en una amnesia colectiva y también para estrechar los vínculos entre Marruecos y su diáspora judía del mundo.

Como siempre dicen, no hay mal que por bien no venga.

Pequeño seismo en Telouet

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Una sacudida telúrica de 3,3 grados de magnitud sobre la escala de Richter fue registrada, el martes, en la provincia de Ouarzazate (sur), indicó el Instituto Nacional de Geofísica (ING) que depende del Centro Nacional para la Investigación Científica y Técnica (CNRST).

El epicentro de la sacudida, registrada a las 21H48, está situado en el Término Municiapl de Telouet, precisa un comunicado del Centro. 

Desierto

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Definición de desierto : área geográfica cuyas precipitaciones anuales resultan menores a los 25 cm (10 pulgadas) anuales. Los Desiertos, como su nombre lo indica, parecerían zonas donde la vida no existe; un conjunto de dunas, granos de arena, temperaturas de caldera y tormentas de viento. Sin embargo, la realidad es que los desiertos albergan innumerable cantidad de criaturas y plantas propias. Existen aves, reptiles, arañas y escorpiones de desierto, también especies de felino y otros mamíferos que se han adaptado, incluyendo etnias de humanos. Generalmente, la vida en el desierto transcurre de noche, cuando las temperaturas bajan, y a la luz del día poco y nada puede apreciarse a vista de pájaro.

Aproximadamente un tercio de la superficie de tierra del planeta es desierto.

Desierto del Sahara

El Sahara es el desierto más grande del mundo entero (9.000.000 km2 –3,500,000 millas cuadradas–).

Su paisaje seco y amenazador tomó forma colmando el norte de África durante miles de años, pero incluso hoy el Sahara está cambiando constantemente. Estudiando fotos tomadas por satélite, algunos científicos han llegado a creer que el Sahara se encoje y se expande a ciclos regulares. A comienzos de 1980, el borde del sur del Sahara se expandió en el Sahel, una banda seca que separa el desierto de la sabana. Pero a mediados de los 80s, esta área era verde y húmeda una vez más.

A raíz de la inconcebible masa del desierto del Sahara, Africa se divide en dos regiones: aquella encima o que forma parte del Sahara, y el resto de África al sur del desierto. Al oeste el Sahara se ve delimitado por el Océano Atlántico, y al este por el Mar Rojo; hacia le norte, las montañas Atlas y el mar Mediterráneo.

El Sahara recibe menos de tres pulgadas de lluvia en un año (7,6 cm); Incluso en las áreas más húmedas del desierto de Sahara, podría llover dos veces en una semana, y no volver a llover durante años.

Está compuesto en un 70% por planicies de grava, arena y dunas. Al contrario de lo creído popularmente, el desierto del Sahara es solamente arena en el restante 30%. El desierto no-polar más grande del mundo lleva su nombre de la palabra arábiga Sahra’, que significa «desierto».

Durante siglos, las caravanas han cruzado el desierto del Sahara, y si bien existen varios oasis en él, los viajeros deben cruzar distancias áridas durante días para llegar hasta ellos.

Stephen Hawking descarta la existencia de Dios

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El científico británico Stephen Hawking afirma en un nuevo libro que la física moderna excluye la posibilidad de que Dios crease el universo.

Del mismo modo que el darwinismo eliminó la necesidad de un creador en el campo de la biología, el conocido astrofísico afirma en su obra, de próxima publicación, que las nuevas teorías científicas hacen redundante el papel de un creador del universo.

El Big Bang, la gran explosión en el origen del mundo, fue consecuencia inevitable de las leyes de la física, argumenta Hawking en su libro.

Hawking renuncia así a sus opiniones anteriores expresadas en su obra ‘Una Breve Historia del Tiempo’, en la que sugería que no había incompatibilidad entre la existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo.

«Si llegamos a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana porque entonces conoceríamos la mente de Dios«, escribió en aquel libro, publicado en 1988 y rápidamente convertido en un éxito de ventas.

En su nuevo libro, titulado en inglés ‘The Grand Design’ (‘El Gran Diseño’) y que sale a las librerías el 9 de septiembre, una semana antes de la visita del Papa a Gran Bretaña, Hawking sostiene que la moderna ciencia no deja lugar a la existencia de un Dios creador del Universo.

En esa obra, escrita al alimón con el físico estadounidense Leonard Mlodinow, Hawking rechaza, según el adelanto periodístico, la hipótesis de Isaac Newton según la cual el Universo no puede haber surgido del caos gracias sólo a las leyes de la naturaleza sino que tuvo que haber intervenido Dios en su creación.

Según Hawking, el primer golpe asestado a esa teoría fue la observación en 1992 de un planeta que giraba en órbita en torno a una estrella distinta de nuestro Sol.

«Eso hace que las coincidencias de las condiciones planetarias de nuestro sistema -la feliz combinación de distancia Tierra-Sol y masa solar- sean mucho menos singulares y no tan determinantes como prueba de que la Tierra fue cuidadosamente diseñada (por Dios) para solaz de los humanos», escribe Hawking.

Según Hawking, que fue hasta el año pasado profesor de matemáticas de la universidad de Cambridge, puesto que ocupó en su día el propio Newton, es probable que existan no sólo otros planetas, sino también otros universos, es decir un multiuniverso. En opinión del científico, si la intención de Dios era crear al hombre, esos otros universos serían perfectamente redundantes.

En su libro, Hawking no excluye la posibilidad de que haya vida también en otros universos y señala que la crítica está próxima a elaborar una teoría de todo, un marco único capaz de explicar las propiedades de la naturaleza.

Eso es algo, recuerda ‘The Times’, que han estado buscando los físicos desde la época de Einstein, aunque hasta el momento ha sido imposible reconciliar la teoría cuántica, que da cuenta del mundo subatómico, con la de la gravedad, que explica la interacción de los objetos a escala cósmica.

Hawking aventura que la llamada teoría-M, proposición que unifica las distintas teorías de las supercuerdas, conseguirá ese objetivo.

«La teoría-M es la teoría unificada con la que soñaba Einstein. El hecho de que nosotros, los seres humanos, que somos tan sólo conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, estemos ya tan cerca de comprender las leyes que nos gobiernan y rigen el universo es todo un triunfo», escribe el astrofísico.

Fuente; El Mundo

El misterio del Atlas

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Entre el 4 y el 8 de mayo, seis bombas de una tonelada de explosivos estallaron bajo tierra en una línea imaginaria de 350 kilómetros entre las cordilleras del Atlas y el Sáhara septentrional, en Marruecos. Más de 900 estaciones sísmicas repartidas en una línea aún más larga, de unos 700 kilómetros, auscultaron cómo reaccionaba la tierra. Los datos que se obtienen corresponden a un terremoto de magnitud uno, pero son suficientes para recoger la información necesaria para dibujar un mapa detallado del subsuelo.

El gran objetivo del experimento, uno de los mayores de este tipo llevado a cabo hasta ahora en el mundo, es desentrañar el misterioso origen de la cordillera del Atlas, cuyas cimas llegan a los 4.000 metros. Las cordilleras se suelen hallar donde dos placas chocan y arrugan la corteza terrestre , pero el Atlas no tiene nada de eso por debajo. Los intereses locales también contribuyeron a impulsar el ensayo. Marruecos, que en 1960 perdió miles de vidas en el terremoto de Agadir, está desarrollando en la actualidad su política antisísmica. Las empresas de fosfatos y petróleo que operan en el país también quieren tener una idea más clara de la estructura del subsuelo.

El macroexperimento se realizó a principios de mayo tras una reunión de 75 investigadores de España, EEUU y Marruecos. La Universidad de Salamanca y la Rice de Houston, así como centros de investigación de Rabat, Marrakesh y Fez, también participaron en las observaciones. Durante dos días, los científicos se repartieron por parejas –un marroquí y un extranjero– a lo largo de una línea de 700 kilómetros a lo largo de la carretera que va de Merzouga a Ceuta.

 

Se colocaron sensores sísmicos en los lugares más inesperados: jardines privados o incluso lugares donde pastaban animales. La población local fue siempre muy colaboradora . La mayoría de los investigadores eran estudiantes de doctorado que se apuntaron al experimento voluntariamente. Un mes antes de la llegada de los investigadores, técnicos locales habían enterrado en profundos agujeros las seis cargas.

Finalmente, el 4 de mayo se dio el OK a la primera explosión. «Los investigadores que nos encontrábamos cerca notamos el paso de las ondas sísmicas superficiales», recuerda Carbonell. Los días siguientes se sucedieron cinco explosiones más, mientras los centenares de sensores capturaban señales. «Fue una especie de ecografía de la tierra», explica Carbonell. «La técnica es conocida como sísmica de reflexión de gran ángulo», detalla.

«El 8 de mayo, al mediodía, tras la última detonación hubo otra explosión: la de llamadas de móviles para informar a todos los grupos de que el experimento se había acabado», explica Teixell. Los equipos recogieron rápidamente las estaciones de medición y al día siguiente por la noche ya estaban de vuelta a su casa. «Sólo desaparecieron ocho estaciones: en otros experimentos se suele perder el 10% de las máquinas», destaca Carbonell.

Los investigadores están analizando las mediciones. «No tendremos resultados antes de unos siete meses», anuncia Carbonell. Sin embargo, los científicos trabajan con una hipótesis: «Si la cordillera del Atlas no surgió por un choque de placas, debe de haber una anomalía del manto, el nivel que se halla justo debajo de la corteza», explica Teixell. Podría ser que en esa zona el manto esté más caliente y tienda a subir hacia arriba.

«Un geólogo puede notar que las montañas del Atlas son distintas a las otras», comenta Teixell. Carbonell lo explica con una metáfora: «Si se aprieta una manta por dos lados, se formarán unas arrugas: esto es lo que pasa en el Himalaya». Pero el Atlas está mucho menos arrugado.

Aunque el misterio de la cordillera queda pendiente de aclarar, siempre perdurará la experiencia de la cooperación. «Nosotros transferimos conocimientos a nuestros colegas de Marruecos y les permitimos trabajar con equipos más avanzados, mientras que ellos nos ayudaron muchísimo gracias a su conocimiento del territorio», concluye Carbonell.

( Ramon Carbonell, investigador del Instituto Jaume Almera, del CSIC, que coordina, justo con Antonio Teixell, de la Universitat Autònoma de Barcelona, el experimento Seismic Imaging of Morrocan Atlas (SIMA).)