Cocina
A la búsqueda de Jamón dulce por Marrakech
Una de las cosas que más echas de menos cuando estás fuera de casa, es la gastronomía local. Desde tu más tierna infancia, la comida ha ido acunando tus sueños. Los olores de la cocina, las compras con tu madre al mercado, las largas comidas con tu familia alrededor de la mesa, las ayudas que realizabas a la cocina…todo ello, sus gustos, olores, sabores, te transportan a tu hogar.
En Marruecos, la comida es típicamente mediterránea y por ese motivo, tengo poca añoranza de los platos que puedas cocinar en España o aquí. Los ingredientes están casi todos…sobre todo los frescos…verduras, frutas, sémolas, pescados, carnes, especies….tal vez encuentro a faltar algunas cosas particulares de mi tierra, pero pocas.
Pero si hay alguna cosa por la que suspiro, por la que pagaría el precio que fuese….son por todos los derivados del cerdo…chorizos, embutidos varios, pancetas, beicon…y el jamón. Al principal era el jamón serrano el que me devolvía la alegría, lo pedía a todo el mundo que venía…un buen jamón ibérico, de bellota, paletilla….lo que fuera. Pero poco a poco, he sentido más la necesidad de un buen jamón dulce. Un jamón cortado fino, casi transparente, sin grasa, con ese color tan particular que tiene el jamón dulce bien cortado. Me encanta desayunar un biquini, un mixto…como queráis llamarlo. Dos rebanadas de pan inglés con jamón dulce y queso bien tostadito. Un buen zumo de naranja natural y el sándwich…después un buen café Lavazza y a trabajar.
Decidí que tenía que encontrar un sitio donde comprar un buen jamón, y de repente abrieron debajo de la Torres Majorelle, un supermercado ACIMA que me permitía incluso aparcar en la parking inferior sin tener que moverme demasiado. En la zona de charcutería vi que tenían la cortadora HALAL y la porcina y entonces descubrí la el jamón dulce perfecto….ni ahumado, ni de gustos raros. Un sencillo y maravilloso jamón dulce. Me atendía un empleado eficiente, que no le importaba cortar el producto porcino y que lo hacia sutilmente, como a mí me gusta el jamón. Así iban pasando los días, ligeros y tranquilos…con mis sándwiches de queso y jamón recién hechos para desayunar….
Hasta que un día, llegando al ACIMA, descubro que NO HAY JAMÓN !!!! No lo van a tener más y encima el dependiente ya no está ahí……y ahora que ? me entró el pánico y decidimos entre Paolo y yo, acercarnos hasta el Marjane. El gran súper, parecido al ALCAMPO, PRYCA, CARREFOUR, o cualquiera de estos enormes supermercados que venden de todo. En el MARJANE existe un enorme mostrador de charcutería que tienen de todos, pero HALAL, solo unos pocos productos porcinos están disponibles. También con sus dos cortadores, PORCINA y HALAL. Me decido por el único jamón posible que existe y encuentro que es ahumado…bueno, de acuerdo, ahumado….lo que sea, pero que sea jamón para mi sándwich….y entonces el desastre….en mi vida he visto cortar tan mal una pieza de jamón….si lo hacía con la máquina !!!! no podía fallar, pero lamentable. Los trozos eran de diferentes tamaños, grandes, pequeños, medianos, de diferente grosor incluso en la misma loncha. Definitivamente un desastre….ya un poco deprimida pensé en acercarme al METRO ( nuestro MAKRO )….era mi última oportunidad. Pero allí no existe la posibilidad de un mostrador de corte de nada…la carne y los embutidos vienen pres cortados y envasados y todo HALAL.
Así que ya pensando que no había nada que hacer, descubrimos por casualidad un templo de ensueño. Unos franceses habían abierto hacia poco un local pequeño pero paradisiaco para gourmets. Solo entrar, ya tienes la impresión que estás dentro de un lugar que no olvidarás fácilmente y al que regresarás dentro de muy poco. Cuando las reservas de tu nevera vuelvan a bajar. En su arcón refrigerado encuentras a tu derecha TODOS los quesos habidos y por haber…franceses en su mayoría, pero cabe destacar algunos quesos españoles e italianos nada despreciables. Puedo decir que existe una variedad de quesos de más de 25 tipos y seguramente me quedo corta…para Marrakech, una locura. En su arcón de la parte izquierda se abría ante mí, dos enormes piezas de JAMÓN DULCE DE PRIMERA CALIDAD……maravilloso. También tenían jamon serrano, espetec, salchición italiano, chorizo español….todo lo que necesites para disfrutar de un buen “pa amb tomàquet”. Además (como buen rincón gourmet), ofrecen algunos productos exclusivos como arroz CARNAROLI, salsas excelentes y artesanales para la pasta, aceites españoles e italianos y otros. Me cortaron los 400 grs. de jamón con autentico amor, loncha a loncha….finísimas. Cortadas con mimo, y con unos guantes de látex…cada loncha era recogida con una pinza y depositada en la bandeja. Creía que iba a llorar de emoción….pero me contuve para no hacer el ridículo.
Esta dirección, es uno de los hallazgos más determinantes que he realizado en los últimos meses. Bromas aparte, un sitio para visitar si tienes un ataque de nostalgia por recordar antiguos gustos en el paladar.
Precio un poco caro en los quesos y un servicio exquisito.
Rincones mágicos de Marrakech (I)
Hay algunos rincones de la ciudad que te gustan desde el primer día que los ves…en muchos casos, no son ni de una belleza espectacular ni tienen ningún monumento que fotografiar, simplemente son rincones que te han “robado el corazón”. Por toda la ciudad hay pequeños rincones que son especiales para mí, concretamente en el zoco de Marrakech hay uno de ellos que me gusta mucho. Se trata de un ángulo pequeño, de no más de 20 metros lineales, y lo encontráis muy cerca de la Place Djema El Fnaa.
Si vais por el zoco Smarine, el más largo y conocido de toda la galería de zocos, en dirección a la Place, debéis coger la última bifurcación a la izquierda y de repente os encontrareis con un pequeño ángulo de tiendecitas que venden olivas…todo el espacio es de una viveza colorista precioso, los seis o siete puestos seguidos de venta de olivas, exhiben grandes cantidades de ellas de todos los colores y combinaciones, creando un efecto cromático maravilloso. Aceitunas negras, picantes, verdes en sal, verdes picantes, verdes y negras con especies….una variedad ilimitada. En los laterales de los puestos, encontraréis, infinidad de potes de cristal rellenos de limones en conserva, pimientos rojos y verdes, naranjas amargas en conserva…todo lo necesario para elaborar la cocina típica marroquí (cous-cous, tajines…) y como colofón a esta “orgia” de colores y olores, veréis dos paradas de menta en donde la ingente de cantidad de verde hace que este ángulo sea un oasis de color dentro del ya colorista zoco de Marrakech.
Un té en el desierto
El té en Marruecos, como en todo el Mundo Árabe, no es simplemente una bebida para un momento de pausa. Es mucho más, su significado es el de un ritual antiguo, que se traspasa de generación a generación y además tiene una fuerte componente social, de comunicación. Aquí lo llaman con un poco de sorna…el Whisky marroquí por el color y también porque está prohibido el alcohol siguiendo los preceptos del Corán. Para la mayor parte de los occidentales se trata simplemente de té verde con el añadido de la menta fresca…error…el procedimiento es largo y se necesita 10/15 mn para su correcta preparación.
Os escribo la receta original, la verdadera …la que preparamos en el Riad, para que también vosotros preparéis un auténtico te a la menta marroquí, mandarme vuestras experiencias…..
Ingredientes: te verde natural, un poco de menta fresca, 25/30 terrones de azúcar (al menos 5 por persona).
Calentar el agua en un cazo o hervidor. En una tetera aparte poner 2 cucharadas colmadas de té y entonces añadir encima más o menos, un dedo de agua hirviendo. Dejar reposar algunos minutos y después tirar el agua que contiene el primer té..porque será amargo y fuerte. Una vez quede solo el té en la tetera, añadiremos toda el agua hirviendo del cazo o hervidor en la misma tetera. Después, añadiremos la menta muy bien lavada a pedacitos, y estando muy atentos a que queden completamente sumergidas las hojas en el agua, si no lo hacemos así, corremos el riesgo que las hojas cojan un gusto de quemado que cambiará el sabor de la bebida. Añadimos el azúcar. En este punto, es cuando debemos poner la tetera en el fuego, directamente sobre la llama dejando que vuelva a hervir.
NUNCA mezclar el té con una cuchara, en cambio, cuando saquéis del fuego la tetera, servir un vaso de té para después volver a introducir el té en la tetera…tres veces. Este procedimiento repetido tres veces es el que consigue que se mezcle de una forma natural, evitando las cucharas y otros elementos.
Cuando lo sirvais, recordar de mantener la tetera lo más alto posible del vaso para que el té forme una espuma clara, síntoma que está recién preparado (también es una forma de oxigenación del producto, que así desprende su intenso perfume). Para acabar se puede decorar el vaso con un poco de menta fresca.