Corán

¿ Por qué el testimonio de una mujer vale la mitad ?

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El Corán dice que, en un determinado caso, el testimonio de un hombre en juicio equivale al de dos mujeres (2:282). Por otra parte, hay muchos casos en los que no se acepta en absoluto el testimonio del hombre. En efecto, en todos los asuntos propios de mujeres de los cuales el hombre no sabe nada, sólo se acepta el testimonio de la mujer, y esto nos indica que la cuestión del testimonio se basa en la experiencia y el saber, no en el género.

El caso específico en el que el testimonio del hombre equivale al de dos mujeres es el que se refiere a la testificación de las deudas. Según la aleya 282 de la azora (sura) 2, se requieren –para dar por probada una deuda- los testimonios de un par de hombres, o de un hombre y dos mujeres. En el mismo Libro Sagrado se da una explicación a esta regla: que, si una de las dos mujeres se olvida de algún detalle, la otra podrá recordárselo. La razón de esta desconfianza hacia la memoria de una mujer es absolutamente contextual.

El pensador reformista Muhammad ‘Abdu explicaba que en esos tiempos antiguos la mujer no solía tratar de negocios y asuntos financieros. El caso de Jadiÿa, una mujer que llevaba sus propios negocios, no era tan frecuente. La poca experiencia de las mujeres en estos temas fue la razón de equiparar el testimonio de un hombre al de dos mujeres, pero sólo en el caso de las deudas, y siempre que no se trate de mujeres con experiencia en la contabilidad, cuyo testimonio evidentemente será más valioso que el de varones menos aptos sin este tipo de conocimientos.

En cuanto a las mujeres testigos en los tribunales, según Hassan al-Turabi el testimonio de una mujer es tan válido como el de un hombre, o incluso más fiable en algunos casos. Denuncia la creencia de que el testimonio de dos mujeres en los tribunales es equivalente a la de un hombre. Según él, todas estos prejuicios y enseñanzas no tienen nada que ver con el Islam, ya que los versículos coránicos se refieren a unas mujeres que no tenían conocimiento de lo que se estaba discutiendo y su testimonio era débil. Dijo que se pretende confundir, engañar, encarcelar las mentes para mantener a los musulmanes en la oscuridad. En realidad, es del todo cierto que los argumentos que discriminan por cuestión de género a las mujeres en temas de participación, o toma de decisiones, se contradicen desmesuradamente con los comportamientos habituales de la comunidad del tiempo de Mahoma, y no se sostienen desde ningún punto de vista. Habían muchas compañeras más instruidas que muchos hombres y por ese motivo se convertían en sus maestras. Aisha era una de ellas; tenía una gran formación e influyó como líder del grupo en múltiples ocasiones.

Hay muchas formas de dar testimonio como la autentificación de contratos o el testificar ante un juez o un fiscal. Hoy en día tenemos mujeres que son abogados profesionales y mujeres de negocios, y son muchos los hombres que no podrían competir con ellas. En nuestra sociedad moderna, donde la mujer ha adquirido experiencia en la administración financiera y en regentar negocios de máxima responsabilidad, esta regla ya no se aplica. En los demás casos de testificación, la misma legislación islámica reconoce la validez del testimonio de la mujer y su equivalencia al del hombre.

Yaratullah Monturiol-Extracto de ‘Islam y derechos humanos’ (Junta Islámica 2010)