marocco
¿Qué significa el Desierto?
¿ Que es el desierto? ¿ que significa ? ¿ que nos sugiere ? Mi respuesta, “El desierto es un ser poético”.
No puedo comenzar el escrito sin explicar la primera cosa que me viene a la mente cuando evoco la palabra desierto: VACIO.
Imagino el espacio, el espacio infinito, imagino la inmensidad del vacío. Imagino también su vacuidad y su extensión. En el inconsciente colectivo universal, el desierto es siempre un lugar de perdida, de seres errantes. Sin duda esa es la metáfora de la solitud y del aislamiento. Pero a veces, el desierto aunque previsiblemente vacio, es un espacio poblado. Poblado de secretos y de metáforas que definen al ser enigmático que es simplemente el espacio expuesto ante nuestros ojos. Fenomenológicamente hablando, para comprender el desierto, necesitas conocer y vivir la experiencia del desierto. Necesitas entrar en empatía con él para comprender el sentido y el significado. Todos los significados y todos los conocimientos son experiencia. Esta es una experiencia extrema que emana libremente de otro, sobre nosotros mismos. En esta perspectiva, el desierto, el objeto de reflexión, es considerado como un libro, como un texto por descubrir, a seducir para ganarse su confianza, su intimidad y su fe.
El desierto se expone a nuestra mirada como si fuese una cara, la prueba del infinito. En la inmensidad del desierto, nosotros ( el Ser ) redescubrimos nuestra pequeñez y nuestra modestia, en su imperturbabilidad descubrimos su pureza y su virginidad. El desierto permite al Ser poetizar su solitud, crear una joya estética que juega con el deseo de eternidad. Todo pasa como si la vacuidad desértica existiese por necesidad, sin la cual todas las posibilidades de conocerse son nulas. El desierto se convierte en una experiencia a través de la cual el Ser es invitado a alquilar el espacio, a llenarlo. Como una isla desierta, el desierto es una separación, una distancia.
Hace falta llegar al desierto para reconciliarse con uno mismo. Tal vez, somos ya una duda perdida, tal vez, la naturaleza nos rechaza. La reconciliación con el desierto es como una metáfora de la sensación de ser errante y nómada, de la necesidad de libertad que todos tenemos dentro. De no tener ataduras, de no sentirnos ligados a nada material. De la ligereza del Ser Humano, de los pocos lastres que deberíamos arrastrar.
La experiencia del desierto, se hace a través del arte de la meditación, como un ejercicio espiritualmente reconfortante. Como mirar fijamente un fuego encendido, que te atrapa, te mantiene con los ojos fijos en las llamas, que te hace sentir el calor del fuego en tus mejillas y que te reconforta el corazón.
Entrar y penetrar en tu parte espiritual, eso hace el desierto. Entra a ti a través de ejercicios espirituales que ni siquiera practicas ni conoces. Comienzas a sentir tu propia respiración, los latidos de tu corazón, te observas desde dentro y comienzas a comprender como funciona tu propio Ser.
La experiencia del desierto es sobrecogedora, a veces incomprensible con un dolor metafísico ininteligible. Su misterio radica en su capacidad para maravillarnos, para dejarnos sin aliento. El desierto es la reinterpretación del Mundo. El ser que vive la experiencia del desierto, nunca volverá sin sentir la experiencia de la propia libertad. Poéticamente hablando, la experiencia del desierto es la experiencia de la propia libertad. Vaciar el desierto de esta dimensión mística y mítica será reducir nuestra experiencia, la experiencia del Ser a una mirada mecánica y técnica que mata el sentido poético de la vida natural.
El desierto es poesía en el sentido más amplio, puro y libre que pueda existir.
El Amazigh, presente en el Parlamento marroquí
¿Es real la voluntad de inclusión de la lengua Amazigh en la nueva Constitución? Este punto se puso a prueba en la Cámara Baja con la interpelación de una pregunta en lengua amazigh realizada por la diputada Fatima Chahoul, muy conocida en Marruecos bajo su nombre artístico, Raisa Tabaâmrant. En la sesión semanal de preguntas de cada lunes, la diputada interpeló en amazigh al Ministro de Educación, Mohamed El Ouafa. A partir de aquí, el dialogo ya no se centró en el sí de la pregunta sino en el uso de la lengua amazigh en el seno de la cámara. La discusión estaba servida entre partidarios y detractores del uso del Amazigh.
Por supuesto, los políticos del PJD y el Istiqlal fueron los primeros en oponerse a la iniciativa de la cantante. Pidieron la postergación de la respuesta a esta pregunta, mientras el Parlamento no apruebe la ley orgánica de la oficialización de la lengua Amazigh, en conformidad con el artículo 5 de la nueva Constitución del 1 de julio que estipula que «el árabe es la lengua oficial del Estado. El estado debe trabajar para la protección y el desarrollo de la lengua árabe, así como promover su uso», para inmediatamente añadir, “el Amazigh es una lengua oficial del Estado, un patrimonio común a todos los marroquíes sin excepción. Una ley orgánica definirá el proceso de aplicación de la naturaleza de este idioma oficial y los términos de su integración en la educación y en las esferas prioritarias de la vida pública, para que pueda cumplir su función de lengua oficial».
Además de las críticas de diputados islamistas y istiqlaliens, un miembro del movimiento popular, formación de la mayoría de Gobierno de tendencia bereber, denunció también la iniciativa de la cantante Tabaâmrant, especificando que los parlamentarios no entendían el Amazigh. A diferencia de los representantes electos de la mayoría, PMA, USFP y NIR, presentes en la cámara que aplaudieron fuertemente la iniciativa de Raisa Tabaâmrant. En general, se consideró un día histórico.
Un paso de gigante, es lo que ha realizado Raisa Tabaâmrant . Este acto aislado es un claro mensaje para el Gobierno de Abdelilah Benkirane que debe acelerar el desarrollo de la ley orgánica de la oficialización de la lengua amazigh.
Curioso que este gesto histórico y valiente provenga de una mujer. ¿O no tan curioso?
El Tenis marroquí eliminado de la Copa Davis
Marruecos, eliminado en la 1º Ronda de la zona EuroÁfrica (Grupo II) de la Copa Davis de tenis después de su derrota ante Chipre por 3 a 2. Marruecos luchará contra Mónaco en una eliminatoria difícil para mantenerse en el grupo (6 de abril).
Las tres victorias de los Chipriotas las firmaron Marcos Baghdatis, 41º mundial, frente a Youness Rachidi (6-0, 6-3, 6-0) y Yassine Idmbarek (6-4, 6-1, 6-0), y la pareja Baghgdatis-Cuzdriorean vencedor contra el tándem marroquí Fattar-Rachidi (6-3, 6-0, 6-2).
Yassine Idmbarek, ganó a Sergis Kyratzis (7-5, 4-6, 3-6, 6-0, 6-4), y Youness Rachidi, dominó el encuentro contra Christos Hadjigeorgiou (6-2, 6-2), sumaron las dos victorias marroquíes.
Marruecos había accedido en tres ocasiones al Grupo mundial en 2001, 2002 y 2004, en la época los tres Mosqueteros, Younes EL Aynaoui, Hicham Arazi y Karim Alami.
La Mezquita Kutubia
En la ciudad de Marrakech uno de los monumentos más importantes, uno de sus símbolos, es la Mezquita Kutubia o Koutoubia, un edificio de piedra clara construido al suroeste de la plaza Jamaa el Fna que es visible desde varios puntos debido a su alminar de 69 metros de alto.
La mezquita fue construida durante el siglo XII bajo el reinado del sultán Abd Al-Mumin de dinastía almohade y pronto a su alrededor se instalaron muchos puestos de libreros, puestos de mercaderes de manuscritos, y así la mezquita tomó el nombre de Kutubia que en árabe significa la de los libreros (kutub significa libro). Había sido construida dentro de un plan de recuperación tras los destrozos dejados por Ibn Tumert cuya furia se había volcado sobre los edificios almorávides.
Sin embargo, la mezquita que vemos no es la de aquel entonces sino un edificio construido una década más tarde en el mismo lugar y que se terminó en 1158. Ésta tiene 17 naves que forman la sala de oraciones sobre una planta rectangular de 60 metros de largo por 90 de ancho, y el patio central a su vez tiene dos pórticos con cuatro naves más a cada uno de los lados.
La verdad es que es un edificio de líneas sencillas y puras, ni siquiera es de color estridente. Está construido con tapial, piedra y ladrillo cocido (en la parte superior). La planta tiene forma de T y entre los elementos decorativos podemos contar distintos tipos de arcos, con más o menos decoraciones, labrados y pinturas.
Por su parte el alminar si bien comenzó a construirse bajo el reinado de Abd Al-Mumin terminó posteriormente y aún al día de hoy es la construcción más alta de la ciudad. No porque nadie quiera superarlo, pero el caso es que se ha prohibido hacer edificios que lo superen. Tiene seis pisos comunicados con rampas, en la parte superior hay una balaustrada almenada coronada a su vez con tres bolas de bronce. Con el tiempo la torre ha perdido sus decoraciones originales, en gran parte, pero todavía pueden apreciarse algunos azulejos verdes arriba de todo. Está situada a solo 5 minutos de la plaza de Jamaa el Fna.
El misterio del Atlas
Entre el 4 y el 8 de mayo, seis bombas de una tonelada de explosivos estallaron bajo tierra en una línea imaginaria de 350 kilómetros entre las cordilleras del Atlas y el Sáhara septentrional, en Marruecos. Más de 900 estaciones sísmicas repartidas en una línea aún más larga, de unos 700 kilómetros, auscultaron cómo reaccionaba la tierra. Los datos que se obtienen corresponden a un terremoto de magnitud uno, pero son suficientes para recoger la información necesaria para dibujar un mapa detallado del subsuelo.
El gran objetivo del experimento, uno de los mayores de este tipo llevado a cabo hasta ahora en el mundo, es desentrañar el misterioso origen de la cordillera del Atlas, cuyas cimas llegan a los 4.000 metros. Las cordilleras se suelen hallar donde dos placas chocan y arrugan la corteza terrestre , pero el Atlas no tiene nada de eso por debajo. Los intereses locales también contribuyeron a impulsar el ensayo. Marruecos, que en 1960 perdió miles de vidas en el terremoto de Agadir, está desarrollando en la actualidad su política antisísmica. Las empresas de fosfatos y petróleo que operan en el país también quieren tener una idea más clara de la estructura del subsuelo.
El macroexperimento se realizó a principios de mayo tras una reunión de 75 investigadores de España, EEUU y Marruecos. La Universidad de Salamanca y la Rice de Houston, así como centros de investigación de Rabat, Marrakesh y Fez, también participaron en las observaciones. Durante dos días, los científicos se repartieron por parejas –un marroquí y un extranjero– a lo largo de una línea de 700 kilómetros a lo largo de la carretera que va de Merzouga a Ceuta.
Se colocaron sensores sísmicos en los lugares más inesperados: jardines privados o incluso lugares donde pastaban animales. La población local fue siempre muy colaboradora . La mayoría de los investigadores eran estudiantes de doctorado que se apuntaron al experimento voluntariamente. Un mes antes de la llegada de los investigadores, técnicos locales habían enterrado en profundos agujeros las seis cargas.
Finalmente, el 4 de mayo se dio el OK a la primera explosión. «Los investigadores que nos encontrábamos cerca notamos el paso de las ondas sísmicas superficiales», recuerda Carbonell. Los días siguientes se sucedieron cinco explosiones más, mientras los centenares de sensores capturaban señales. «Fue una especie de ecografía de la tierra», explica Carbonell. «La técnica es conocida como sísmica de reflexión de gran ángulo», detalla.
«El 8 de mayo, al mediodía, tras la última detonación hubo otra explosión: la de llamadas de móviles para informar a todos los grupos de que el experimento se había acabado», explica Teixell. Los equipos recogieron rápidamente las estaciones de medición y al día siguiente por la noche ya estaban de vuelta a su casa. «Sólo desaparecieron ocho estaciones: en otros experimentos se suele perder el 10% de las máquinas», destaca Carbonell.
Los investigadores están analizando las mediciones. «No tendremos resultados antes de unos siete meses», anuncia Carbonell. Sin embargo, los científicos trabajan con una hipótesis: «Si la cordillera del Atlas no surgió por un choque de placas, debe de haber una anomalía del manto, el nivel que se halla justo debajo de la corteza», explica Teixell. Podría ser que en esa zona el manto esté más caliente y tienda a subir hacia arriba.
«Un geólogo puede notar que las montañas del Atlas son distintas a las otras», comenta Teixell. Carbonell lo explica con una metáfora: «Si se aprieta una manta por dos lados, se formarán unas arrugas: esto es lo que pasa en el Himalaya». Pero el Atlas está mucho menos arrugado.
Aunque el misterio de la cordillera queda pendiente de aclarar, siempre perdurará la experiencia de la cooperación. «Nosotros transferimos conocimientos a nuestros colegas de Marruecos y les permitimos trabajar con equipos más avanzados, mientras que ellos nos ayudaron muchísimo gracias a su conocimiento del territorio», concluye Carbonell.
( Ramon Carbonell, investigador del Instituto Jaume Almera, del CSIC, que coordina, justo con Antonio Teixell, de la Universitat Autònoma de Barcelona, el experimento Seismic Imaging of Morrocan Atlas (SIMA).)
Blog del mes de Junio 2010 !
El directorio de BLOGS Expat-Blog me ha designado BLOG del mes de Junio 2010. Si os apetece leer la entrevista que me han hecho, podéis clicar aquí.
Este directorio de Blogs está dirigido a personas que viven lejos de su país y podéis visitar a gente que vive por todo el mundo.
Es interesante ver en que sitios extraños viven algunos 😉
La web de la vida en el extranjero, hecha por expatriados y para expatriados
La carrera contra el Burka, ahora Tarragona
El Ayuntamiento de Tarragona, se convierte en un frente unitario contra el burka, aunque con algunos matices en función de los colores políticos. El concejal popular, Alejandro Fernández, destapó la caja de los truenos al anunciar hace una semana su intención de presentar una moción para prohibir el uso del velo integral, fuera burka o niqab, en cualquier espacio público, sea un edificio municipal o la calle. Ni PSC, en el equipo de gobierno junto a ERC, ni CiU parecieron inmutarse. Pero nacionalistas y socialistas, que habían criticado la iniciativa del PP, han acabado por pactar una moción que en la práctica supondrá la prohibición del burka estrictamente en los edificios municipales.
Para rizar el rizo, en el próximo pleno municipal no se discutirá –y aprobará– únicamente la moción de PSC y CiU. Los republicanos no tienen intención de secundar la iniciativa de sus socios de gobierno y han anunciado una moción propia en contra de las prohibiciones y a favor de la convivencia. Y en medio del enredo, el PP ha asegurado que no retirará su moción, que pide la prohibición generalizada del burka, a pesar de que votará a favor de la presentada por PSC y CiU.
El resultado final es que en Tarragona, ciudad en la que el burka sonaba a algo extraño y casi desconocido antes de que Lleida tomara cartas en el asunto, se presentarán hasta tres mociones en un solo pleno. A no ser que se produzcan cambios antes de la celebración del pleno, previsto para el próximo lunes, posibilidad que no debería descartarse.
Mientras tanto, en Barcelona, se reclama de nuevo la prohibición del burka y el niqab en la capital catalana, tras comprobar cómo otras ciudades han tomado la delantera, Barcelona hubiera sido pionera en la materia de haber prosperado alguna propuesta del 2007. «Ahora se trata de no ser la última».
Definitivamente, se ha desatado en Catalunya la carrera del burka.
Fuente: La Vanguardia
Correo postal, aviadores y aventureros
La conquista del aire ha dado origen a una literatura considerable. Si se piensa en la Aéropostale, es inevitable mencionar a Antoine de Saint-Exupéry, piloto de la compañía y autor de libros como Correo del Sur , Vuelo nocturno y Tierra de hombres , y a Joseph Kessel, novelista y aviador, del que se reedita la biografía Mermoz (Libros del Zorzal). Por fortuna, la experiencia de unir Europa y África tuvo en Saint-Exupéry y en Joseph Kessel, a dos actores, testigos y narradores de esa gesta.
En la historia hoy casi legendaria de la Aéropostale intervino un equipo de hombres que, detrás de su aparente simplicidad (con excepción de Saint-Ex y Kessel), ocultaban personalidades complejas. Además de los héroes que murieron en el océano o contra la ladera de una montaña, estaban los hombres de negocios, los pioneros que, con una mente comercial inflexible, desde sus escritorios, vencieron sus propios sentimientos y llegaron a sacrificar a sus amigos pilotos para poder lograr lo que todos querían. Unos y otros tenía la misma finalidad: cumplir con los horarios y las entregas y acortar los plazos de llegada de una carta. Pero había algo más: fracasar en esa tarea no significaba meramente haber atentado contra el reloj, era no tener estatura moral. Quien preservaba la vida a costa de su tarea corría un peligro no menor: perder la dignidad. Ese tipo de hombre no tenía lugar en la Aéropostale.
La historia comenzó en 1917 cuando Pierre Latécoère, un industrial de Toulouse, recibió el encargo de fabricar una serie de aviones de guerra. Latécoère pensó que apenas terminada la contienda, había que darles a esas máquinas un uso pacífico y concibió la idea de establecer un servicio postal regular entre París y Buenos Aires. Había que adelantarse a la competencia de los norteamericanos y, sobre todo, de los alemanes. Mientras que Francia, Gran Bretaña, España y otros países de Europa se habían distribuido las conexiones aéreas en ese continente, los alemanes, tras la derrota, habían quedado excluidos de los circuitos más interesantes; en realidad, lo que les quedaba por desarrollar era el tráfico hacia América Latina.
Latécoère le propuso a su amigo, el diplomático italiano Beppo de Massimi, que le allanara todos los obstáculos desde el punto de vista de las relaciones internacionales para hacer realidad ese proyecto. La Nochebuena de 1918, el industrial dio el primer paso: con el piloto Cornemont, franqueó los Pirineos y llegó de Toulouse a Barcelona. Lo que iba a ser la «Línea» había comenzado. En febrero de 1919, Latécoère en un avión, y Massimi y Lemaître en otro, prolongaron la aventura hasta Alicante. Un mes después, el 19 de marzo, Lemaître y Latécoère volaron hasta Rabat y le entregaron al mariscal Leyautey violetas frescas de Toulouse, recogidas el día anterior, y el diario Le Temps , con la fecha del 18 de marzo. Con el apoyo del mariscal, Latécoère obtuvo ayuda gubernamental y fundó las Líneas Aéreas Latécoère. En la empresa, lo acompañaban ex camaradas de combate, Vanier, Dombray, Morraglia y, sobre todo, Didier Daurat, que habría de encarnar el espíritu de la Línea y convertirse en el motor secreto de la compañía. El 1° de septiembre de 1919, el primer correo Aéropostale partió de Toulouse hacia Marruecos. Daurat fue nombrado jefe de explotación de la Sociedad y demostró tener una dureza y una lucidez insobornables.
Latécoère establecía paso a paso sus bases en el continente africano para planear el salto del Atlántico hacia América del Sur. En septiembre de 1920, el servicio de Toulouse a Casablanca se cumplía semanalmente en forma regular.
El Sahara como enemigo
Por supuesto, esas proezas se hacían a costa de enormes riesgos. Los aviones con los que contaban los pilotos no sólo tenían las limitaciones técnicas de la época, además no eran nuevos. Todo el tiempo tenían desperfectos. Entre los correos hubo numerosas víctimas fatales. Para poder seguir a los hidroaviones sobre el mar se instalaron radios, pero de muy poco poder, lo que las hacía a menudo ineficaces. Para suplir esas carencias, los pilotos llevaban también palomas mensajeras.
La distancia más corta entre Africa y América Latina, por sobre las aguas del Atlántico, es la que existe entre Dakar, en Africa, y Natal, en Brasil. Si se quería crear un servicio postal transatlántico, había que extender la Línea de Casablanca a Dakar. Desde esta ciudad se podía intentar una travesía por mar en barco hasta Natal para luego continuar por avión el recorrido que Latécoère tenía en mente y que llegaba no sólo a Buenos Aires, sino también, por encima de la Cordillera de los Andes, hasta Santiago de Chile.
El 3 de mayo de 1921, un grupo comandado por el capitán Roig hizo el primer vuelo entre Casablanca y Dakar en tres etapas y tres días. Pero la conexión postal regular sólo quedó establecida en 1925. Los aviones debían volar sobre dos mil kilómetros de desierto y los pilotos tenían que soportar la sed provocada por un calor espantoso y los vientos que levantaban tormentas de arena. Si se veían obligados a aterrizar por un desperfecto, corrían el riesgo de ser asesinados, torturados y, en el mejor de los casos, caer cautivos de las tribus rebeldes del desierto, los famosos hombres azules que aparecían entre las dunas montados en caballos veloces y resistentes. Por esa razón, Daurat decidió que ningún avión partiría solo. El aparato postal sería secundado siempre por otro. El grupo de cuatro hombres estaba integrado también por un intérprete, encargado de comunicarse con los árabes. Con el tiempo, y gracias a la ayuda del mariscal Lyautey, Daurat pudo establecer un acuerdo con las tribus rebeldes por el cual la Compañía se comprometía a pagar un rescate si los moros devolvían a los pilotos y el correo.
En 1924, ingresó en la Línea un joven piloto, Jean Mermoz, que había hecho sus primeras armas en la aviación en Toulouse. El hogar de los pilotos en la bella «ciudad rosa» de Toulouse era una pensión de familia, Au Grand Balcon. En su examen de admisión ante Daurat, Mermoz quiso impresionarlo y desplegó todo su arsenal de recursos acrobáticos. Daurat no le prestó atención y, desdeñoso, le dijo que se fuera a un circo, que necesitaba pilotos, no artistas de variedades. Con ese estilo, Daurat logró dominar a Mermoz e infundirle el espíritu de la Línea. Al principio, el tímido muchacho fue simplemente un mecánico que se encargaba de montar y desmontar motores, hasta que se le confió un avión.
Los hombres azules
Mermoz fue precisamente una de las víctimas de los accidentes sobre el Sahara. En mayo de 1926, se vio obligado a aterrizar en el desierto y enfrentar una terrible tormenta. Se puso en marcha a pie, dispuesto a caminar lo que fuera para alcanzar una población donde pudieran ayudarlo. La sed lo devoraba, desesperado, bebió el agua ácida, contaminada de óxido, del radiador. Por último, comprendió que la única posibilidad de salvación consistía en caer en manos de los moros. Lo que esperaba no tardó en ocurrir, lo tomaron prisionero, lo golpearon, lo ataron y lo transportaron a lomo de camello en un saco; cada tanto, le daban un trago de agua. Estuvo cautivo quince días y fue liberado mediante un rescate de mil pesetas. Poco tiempo después, otros compañeros, Erable, Pintado y Gourp, tuvieron menos suerte y fueron matados por los hombres azules del Sahara.
En 1926, el conde Antoine de Saint-Exupéry, el futuro autor de El principito , ingresó en la Línea. Al principio, se ocupó de tareas mecánicas, como había hecho Mermoz, después se lo envió a Cap-Juby, donde se hizo conocido entre los nativos porque aprendió la lengua del lugar. Se convirtió en una especie de sabio al que recurrían las tribus en disputa, arreglaba problemas familiares, casamientos y cuidaba enfermos. Pronto, como el resto de los pilotos de la Línea, adoptó la fe del correo. Sentía admiración por Daurat, que había logrado convertir los intereses de una empresa comercial en el símbolo de la dignidad de cada uno de los aviadores. Ese aspecto de la vida que compartía con los otros pilotos lo llevó a escribir su novela Vuelo nocturno . En ella, el personaje de Rivière, el jefe de explotación de la compañía aérea, está inspirado en Daurat. En un prólogo que André Gide escribió para el libro sintetizó el espíritu que animó a los hombres de la Línea: «La felicidad del hombre no reside en la libertad, sino en la aceptación de un deber».
Bouilloux-Lafont
En la carrera por conquistar el Atlántico, Mermoz logró una victoria importante el 10 de octubre de 1927. Logró cubrir el trayecto Toulouse-Dakar sin escalas. Entre tanto, Latécoère y Daurat allanaban los obstáculos de tipo empresarial y jurídico para hacer realidad el cruce del océano. Gracias al gran piloto argentino Vicente Almandós Almonacid, que había combatido como voluntario por Francia en la Primera Guerra Mundial, habían tomado contacto con el presidente argentino Marcelo T. de Alvear y establecido acuerdos preliminares muy imporantes. Una misión aérea integrada por el príncipe Murat, a la cabeza, y los pilotos Roige, Vache y Hamm llegó a América del Sur. El 14 de enero de 1925 los tres pilotos a bordo de tres aparatos Bréguet recorrieron 2100 kilómetros y unieron Río de Janeiro y Buenos Aires. Después de ese triunfo, Vachet quedó encargado de preparar la ruta de Río hacia el norte. Cumplió una labor asombrosa porque convenció a las municipalidades y a los particulares de donar terrenos para que allí se levantaran los aeródromos de la época.
A la aventura del Atlántico, se había sumado un socio esencial para la realización del proyecto. Era el financista Marcel Bouilloux-Lafont, uno de los hombres de negocios más destacados de América del Sur, que buscaba contrarrestar la influencia de los alemanes y de los norteamericanos en el continente. Latécoère no tenía suficiente capital para montar la infraestructura que requería establecer el correo postal regular entre Francia, Brasil, la Argentina y Chile. Por eso vendió en 1927 el 93 por ciento de su compañía a Bouilloux-Lafont, dueño de puertos, ferrocarriles, edificios y, por supuesto, bancos. Por medio de la sociedad sudamericana de trabajos públicos (SUDAM), creó la red de aeródromos y contrató a los mejores pilotos, entre los que se contaban ases de la aviación mundial como Raymond Vanier y Henri Guillaumet. Así nació la Compagnie Générale Aéropostale. En 1930, la empresa cubría 17.000 kilómetros, empleaba a 80 pilotos, 250 mecánicos, 53 radios y 250 marineros encargados de transportar la correspondencia entre Dakar y Natal en los 8 barcos entregados por el gobierno francés para esa misión. La Aéropostale tenía 218 aviones y 21 hidroaviones. Además, contribuyó a la creación de empresas-hermanas, como se las llamó, encargadas de transportar el correo hacia destinos que no era capitales de países. Entre ellas, se encontraba la Aeroposta Argentina, que volaba a la Patagonia y que contaba a Saint-Exupéry, entre sus aviadores.
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