Egipto, a las puertas de un gran cambio
Días convulsos en Túnez y Egipto…todo comienza con la “revolución de los Jazmines” en Túnez y ahora mismo con la Revolución en Egipto.
Definición de la palabra REVOLUCIÓN. Revolución es el cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato. Se puede producir en varios ámbitos al mismo tiempo, tales como económicos, culturales, religiosos, políticos, sociales, militares, etc. Los cambios revolucionarios, además de radicales y profundos, y sobre todo traer consecuencias trascendentales, han de percibirse como súbitos y violentos, como una ruptura del orden establecido o una discontinuidad evidente con el estado anterior de las cosas, que afecte de forma decisiva a las estructuras.
Por tanto, asistimos a dos Revoluciones del pueblo que luchan por transformar radicalmente el pasado inmediato. Ahora mismo, estamos asistiendo en directo a un episodio de la historia con la revolución en Egipto. En los instantes que escribo este post, el ejercito parece que ha decidido no actuar. Dejar que el pueblo se exprese libremente y han comunicado que no van a disparar a los manifestantes si éstos no actúan violentamente. Qué significa? Creo que de facto, están abriendo las puertas a la Revolución. Sin el ejercito como medida represora ( ahora que la policía ha abandonado las ciudades ), ya no hay elementos represores que puedan “limitar” las manifestaciones del pueblo. Solo el bloqueo de los teléfonos móviles y de las redes sociales en Internet impide que las noticias “vuelen” en Egipto y de alguna manera dificultan la organización de movimientos masivos. Aún así, se prevén para hoy, manifestaciones multitudinarias y seguramente históricas en El Cairo, Suez, Alejandría y otras ciudades Egipcias. Desde las once de la mañana (hora española), la plaza de Tahir (de la Liberación) en El Cairo, epicentro de las protestas para exigir reformas democráticas en el país árabe, es escenario de la manifestación en la que los grupos opositores esperan reunir a más de un millón de personas. El lema con el transcurre la marcha es «Abajo Mubarak, todos contra Mubarak«. Hay gente joven, familias enteras con sus hijos, muchos de ellos bebés, y egipcios con mayor poder adquisitivo que están aportando dinero para sufragar la comida y el agua para la multitud. El Cairo no es la única ciudad donde hoy el movimento anti Mubarak exhibe su fuerza. En Alejandría (al norte del país) se desarrolla otra marcha del millón. Para amortiguar el impacto de ambas movilizaciones, el Gobierno ha decretado el cierre del servicio ferroviario y de muchas carreteras.
Desde que estalló el movimiento revolucionario, hace una semana, el Ejército ha jugado con dos barajas. Se ha atenido a las reglas de un régimen que es el suyo, sus jefes han obedecido respetuosamente a Mubarak, ha ordenado toques de queda, ha protegido desde que desapareció la policía las sedes gubernamentales. Y a la vez ha hecho guiños a la revuelta, se ha coordinado con los manifestantes (ayer los soldados trabajaban codo con codo con los organizadores de la protesta en la plaza de la Libertad), no ha hecho esfuerzo alguno por imponer el toque de queda y ha gozado con la devoción que demuestra la gente.
Ese equilibrismo no podía durar indefinidamente. Era muy difícil mantenerlo ante la jornada crucial de hoy
El Ejercito al garantizar los derechos de los manifestantes y calificar de «legítimas» sus reivindicaciones, es decir, la exigencia de la dimisión de Mubarak, se ha puesto en cierta forma del lado de los manifestantes. Por eso, creo que ahora mismo, el cambio es imparable.
Esperamos acontecimientos.